domingo, 6 de junio de 2010

Alberto Cerriteno



Extrambótico, colorista, algo siniestro, de trazos simples que imitan los dibujos infantiles, pero cargado de símbolos... La estética aparentemente vacía que encubre mensajes subliminales siempre me ha atraído. Los símbolos freudianos me fascinaron desde que supe de su existencia, a pesar de que el psicoanálisis sea una pseudocienia de la que una bióloga como yo debería huir, y de que Sigmund se equivocó en muchas de sus teorías.

Alberto Cerriteno tiene ilustraciones que me dicen mucho, aunque solo parezcan estampados de libretas con las que alumnos de primaria cargan sus mochilas. No se muy bien por qué, pero los trabajos hechos por adultos que intentan imitar a los niños me cautivan.

Quizá sea un intento de retornar a la infancia de los artistas que, como Cerriteno, emulan este periodo tan breve de nuestras existencias que parece un sueño. Como reza esa frase, "Nunca es demasiado tarde para tener una niñez feliz. Pero la segunda sólo depende de ti".

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