sábado, 19 de junio de 2010

Webber, el dios de los musicales.



La música del genial Andrew Lloyd Webber consigue emocionarme, y eso que yo no soy dada a los sentimentalismos extremos. La grandiosidad de sus obras, la facilidad que tiene para transmitir melancólicos sentimientos a través de sus canciones de toque operístico, consiguen que ponga a este monstruo del sonido, rey por excelencia del género de los musicales, en mi pedestal de personas a las que idolatro.
Fue con 17 años cuando, tras ver en el cine "El fantasma de la ópera" caí rendida a sus pies, además de que consiguió aficionarme a ese género olvidado por muchos y detestado por otros.
Llevo unos días sin poder parar de escuchar "Cats" y tocando la melodía de "Memory" que he sacado sin partitura, gracias al tedioso pero útil método de "prueba y error", pues mi duro oído musical me hacía entonar "dos" cuando pretendía cantar "las" los años que estudié música.

Ver video en youtube clickando aquí.

La música... Una rallada mental mía me invita a verla como el punto intermedio entre la Ciencia y el Arte (con mayúsculas, siempre con mayúsculas!!! xD) Los sonidos son pura física, ondas que recorren el espacio hasta nuestros oídos, y que según sus características, nuestro cerebro las interpreta de una manera u otra... La música es una combinación de sonidos, de instrumentos... Según esta combinación, nos trasmite unas sensaciones sorprendentemente estandarizadas. Por poner 1 ejemplo: una escala menor SIEMPRE nos transmite tristeza, y una mayor alegría (exceptuando el Cristo Lacerado de Bach y alguna otra x ahí supongo :/ ). No es como el negro o el blanco en la pintura. Si asociamos el negro a muerte es debido a que hemos sido educados en la cultura occidental. La música es algo mucho más primitivo... Y me encanta pensar en ese momento en que la pura física se convierte en emociones, en sensaciones...
Como dijo Nietzsche... ¿qué sería de nosotros sin la música?

martes, 8 de junio de 2010

El sauce


Yo sí puedo verlo... Yo sí puedo sentirlo...

domingo, 6 de junio de 2010

Alberto Cerriteno



Extrambótico, colorista, algo siniestro, de trazos simples que imitan los dibujos infantiles, pero cargado de símbolos... La estética aparentemente vacía que encubre mensajes subliminales siempre me ha atraído. Los símbolos freudianos me fascinaron desde que supe de su existencia, a pesar de que el psicoanálisis sea una pseudocienia de la que una bióloga como yo debería huir, y de que Sigmund se equivocó en muchas de sus teorías.

Alberto Cerriteno tiene ilustraciones que me dicen mucho, aunque solo parezcan estampados de libretas con las que alumnos de primaria cargan sus mochilas. No se muy bien por qué, pero los trabajos hechos por adultos que intentan imitar a los niños me cautivan.

Quizá sea un intento de retornar a la infancia de los artistas que, como Cerriteno, emulan este periodo tan breve de nuestras existencias que parece un sueño. Como reza esa frase, "Nunca es demasiado tarde para tener una niñez feliz. Pero la segunda sólo depende de ti".

jueves, 3 de junio de 2010

Y... cambio de rumbo!

Hola!
Aquí me teneis de nuevo. A 24 horas de uno de mis últimos exámenes en la facultad.
Y vengo, una vez más, a darle un giro a mi blog y pedir disculpas por mi promiscuidad temática... Pero es que, tras 4 posts sobre cultura basura, me aburre ya el tema, y se me ha ocurrido que "destrivializar" este trasto sería algo bastante sano ^^
Tampoco pretendo transformar el blog en algo intelectualmente inalcanzable para todos aquellos que no posean una cátedra en su currículum.
Simplemente actualizaré con un batiburrillo de cosas que me gusten, convirtiendo uno de mis rincones virtuales en un cajón de sastre. Al fin y al cabo, todos nuestros cerebros lo son, donde se mezclan ideas, recuerdos, libros, películas, vivencias y demás, que a veces poco tienen que ver entre si, pero que nos convierten en lo que somos ^^

La vida es un Carnaval, mascarada artificial, donde nunca sabes lo que se oculta tras un rostro enmascarado ^^