sábado, 30 de marzo de 2013

Anna Karenina: Tólstoi vs Wright


Hace ya muchos meses vi, no se cómo, el trailer de Anna Karenina, el cual se anunciaba para lo que a mí me parecía un lejanísimo marzo de 2013. Hacía bastante tiempo que deseaba leer el clásico de Tólstoi, y vi la perfecta oportunidad para hacerlo, pues tenía bastante tiempo para leer primero la novela y ver después la película, el orden en que todo amante de la lectura desea acercarse a ambos formatos de contar historias.
El libro lo terminé el pasado miércoles, y probablemente se haya convertido automáticamente en uno de mis libros preferidos. La magestralidad con la que Tólstoi describe los sentimientos de los personajes, sus personalidades retratadas de forma minuciosa o perfeccionista, la situación que les lleva a comportarse de una manera o de otra, son probablemente el punto fuerte de la novela. Contruidos en torno al hilo principal de la historia de Anna y su adúltero amor por el conde Vronsky, existen otra serie de historias, como la del entrañable Constantin Levin, que justifican perfectamente las 1000 y pico páginas que tiene el libro. Cualquier amante de la buena prosa apreciará y amará este libro en cuanto llegue a sus manos.
Y aunque no sea muy recomendable ver la adaptación de una novela justo después de haber leído esta última, pues desde tu butaca serás plenamente consciente de todas las variaciones y omisiones que ha sufrido el libro, y probablemente lo desaprobarás, ayer fui a ver la nueva versión, dirigida por Joe Wright y con guión de Tom Stoppard.
Mis expectativas eran bastante altas, pues si bien Joe Wright me encantó como director de Expiación, recibí un apunte de un amigo sobre Tom Stoppard, un dramaturgo inglés de gran reputación y amplio currículum en radio, cine, televisión y teatro. Pues bien, es un error depositar tales expectativas en una película cuya novela de origen te ha gustado tanto, pues se desinflarán como un globo pinchado en la primera media hora de metraje.
No voy a desmerecerla por completo: al menos no se han inventado ninguna escena, ni cambiado sucesos sin aparente motivo como ocurre en tantas otras adaptaciones de novelas. Al menos en ese sentido, la película es bastante fiel, pero el formato en que se nos presenta, si bien debe ser alabado por su gran originalidad, limita en mi opinión la profundidad de la obra. Así pues, toda la película se muestra como si sus personajes fueran actores de teatro, y los cambios de localizaciones aparecen como si fueran cambios de decorados. Los personajes a veces se cuelan entre bambalinas, o bajan del escenario. Y si bien esta idea me habría parecido una genialidad en alguna otra obra de menos peso, pienso que ha sido el error que ha cavado la tumba de la calidad de ésta. Ya no solo porque la película comience con un matiz cómico totalmente improcedente que la convierte en una obra de apariencia ligera durante su mayor parte, ni porque en ocasiones los cambios de decorado te mareen y consuman preciosos segundos de metraje que deberían ser destinados a la reflexión acerca de los diversos temas que trata Tólstoi. Principalmente, y como bien he dicho, porque lo que podría ser esta brillante idea rebaja el sublime clásico a una historia de amor complicado sin mucha más importancia, sin retratar la complejidad de Anna y su incoherencia de las últimas partes del libro, o de las dudas morales e intelectuales y bondad de espíritu de Levin.
Eso si, la puesta en escena es preciosa, los vestuarios (aunque por lo visto poco fieles a la Rusia del siglo XIX en algunos de los casos) el sueño de cualquier mujer a la que le gusten los vestidos época, la banda sonora de Marianelli no decepciona y los actores (a excepción de la escuálida Keira Knightley, un error que no perdonaré pues Anna era una mujer más redondita y graciosa en sus maneras) perfectamente seleccionados. Muchos han criticado a Aaron Johnson en el papel de Vronsky, pero a mi me parece el conde en persona.
Os dejo con un hipervínculo a la canción que aparece en el tráiler, una maravilla de un tal Nero, al que acabo de conocer.
Two Steps from Hell, Nero.