sábado, 24 de julio de 2010

La publicidad también es arte.


Pocos productos tienen campañas publicitarias que me dicen tanto como los de una conocida y excelente marca de automóviles.
Me transmiten a la perfección el melancólico sentimiento que me invade cuando visito paisajes de naturaleza salvaje, lejanos de mi ciudad natal... Esa sensación de retorno a tus orígenes, de completa paz, de aislamiento, de meditación...
Ando buscando desesperadamente mi anuncio favorito de todos los tiempos, acompañado del mismo típico slogan de la casa ("¿Te gusta conducir?").
En él, se observaba el recorrido que hacía un coche desde el centro de una gran ciudad hasta una zona de montañas escarpadas desde el punto de vista que tendría uno de los pasajeros del automóvil, todo en tonos rojizos. Comenzaba en una zona de grandes rascacielos y continuaba a través de otros edificios, casas de baja altura, pueblos, campos con casas solitarias, más campos, bosques y finalmente, formaciones montañosas alejadas de la civilización.
La música que lo acompañaba era una melodía de violín desgarrado, que ahora atribuiría a Angelo Badalamenti, pero como en aquella época (en el 2001) era joven y no conocía al compositor, no supe saber de quien era, aunque me tocó muy adentro igualmente.
Si alguien supiera decirme donde puedo hacerme con él, me haría muy feliz.
Mientras tanto, 3 de los mejores anuncios de la casa.
El primero supongo que sería anterior al descrito, pero no lo se afirmar con rotundidad.
El segundo fue unos años posterior al descrito.
El tercero se aleja un poco de la estética melancólica de los anteriores, pero es igualmente conmovedor.

1 comentario:

  1. Mmm... es interesante! Y muy cierto que la publicidad puede ir unida al arte, no siempre va... pero bueno, a Bisbal le llaman músico y tampoco hace arte jajajajaja
    besos guapa

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